Indudablemente, la manera más sencilla de eliminar y prevenir la formación de la placa y del indeseable sarro está en el uso diario del cepillo y del hilo dental. Ahora bien, su aplicación incorrecta puede acarrear el efecto contrario.
Cepillado
Cada boca tiene una disposición particular de los dientes y una peculiar condición de las encías, lo que implica que muchas veces se tenga que individualizar la técnica de cepillado. Nuestros dentistas e higienistas le informarán sobre las técnicas de higiene buco-dental más adecuadas para su boca y le indicarán las áreas que demandan una especial atención, aunque en líneas generales todas las técnicas de cepillado se basan en los tres pasos descritos a continuación:

  1. Incline el cepillo a un ángulo de 45 grados contra el borde de la encía y deslícelo alejándose de esta línea y hacia atrás.
  2. Mantenga sobre un grupo pequeño de dientes un movimiento circular o elíptico, nunca hacia delante y atrás. Cepille la cara externa e interna de cada pieza dental, además de las superficies de masticación que hay entre ellas.
  3. Cepille con suavidad la lengua, para eliminar bacterias y refrescar el aliento, y repita estos pasos después de cada comida y antes de acostarse.

Seda dental
Esta sirve como complemento al cepillado dental, pues elimina la placa localizada en lugares donde el cepillo no puede llegar. Hay dos sistemas para sujetar y mover el hilo. En el método carrete, los extremos del hilo se enrollan suavemente en el dedo corazón y en el sistema del lazo, el hilo se ata en forma de círculos y todos los dedos, salvo el pulgar, se colocan dentro del lazo. Después se procede a la limpieza siguiendo.